Una Virgen Joven.
Una Virgen desposada
con un hombre llamado José.
Joven, muy joven,
apenas quinceañera,
con su corazón
en el corazón del pueblo,
eternamente esclavo;
Con sus lindas manos
curtidas y morenas
por el sol y el trabajo,
y con los ojos
cargados de amor y de misterio
ante el misterio de un amor
que no es ajeno,
ante la cercanía de Jesús,
el Dios anejo.
Joven, muy joven,
apenas quinceañera,
con su vientre engrandecido
por el pataleo de un niño
que aún espera,
por Dios que, conmovido
desea al fin, con dedos de hombre
tocar la tierra.
Joven, muy joven
apenas quinceañera,
con la frescura de una niña
y la sinceridad de una hermana,
con el amor de una madre
y la fe de una abuela.
Joven, muy joven,
apenas quinceañera,
abandonada como tantas,
mas con suerte:
su abandono no será jamás de muerte,
el manto del Señor cubrirá sus dudas
y su frío.
Apenas quinceañera.
Joven, muy joven,
pero vieja.
Una Virgen transformada
en la noche de Belén,
oscura y clara.
Escrito el 24 de diciembre de 2011
Martíncmf